La principal función del arenado con corindón, es la de limpiar una superficie de restos de suciedad, pintura, oxidación o afinar superficies arañadas o marcadas. Es un tratamiento mecánico basado en la proyección de corindón a presión como abrasivo. Gracias a la dureza del corindón y la gran variedad de tamaños de grano disponibles para su uso, se pueden conseguir desde superficies pulidas hasta rugosidades elevadas. Lo habitual para los tratamientos de teflón en piezas metálicas es tener una rugosidad Rz de 1 a 3 micras, pudiendo llegar en caso de necesidad, hasta las 8 micras.




